En la última Carta Trimestral a los inversores del tercer trimestre de 2025, Antonio Manzano, responsable de Renta Variable, comparte su visión sobre los mercados, los sectores más destacados y el posicionamiento de las carteras
¿Cómo ha influido la evolución de los beneficios empresariales y las expectativas de tipos de interés en los mercados de renta variable durante este trimestre?
El trimestre ha estado dominado por un doble movimiento: unos beneficios empresariales que han sorprendido positivamente y un cambio en las expectativas de tipos hacia un ciclo de recortes más pausado pero sostenido.
Los resultados del segundo trimestre confirmaron la fortaleza estructural de los márgenes en la mayoría de las compañías de calidad, mientras que la desaceleración gradual de la inflación permitió a la Fed adoptar un discurso menos restrictivo que se materializó en la primera bajada del tipo de interés.
Sin embargo, en los meses de verano el mercado ahondó en la rotación táctica de estilos que favoreció temporalmente a los sectores más cíclicos —especialmente la banca y empresas de industria pesada— en detrimento de los negocios con crecimiento más estable. Este movimiento, ajeno a los fundamentales, explica gran parte de la corrección relativa de las estrategias quality en el corto plazo.
A medio y largo plazo, el entorno sigue siendo favorable para las compañías capaces de crecer orgánicamente, generar retornos sostenidos sobre el capital y reinvertir con disciplina, que son precisamente las que componen nuestras carteras.
¿Qué regiones o sectores están mostrando más oportunidades en este momento?
Las oportunidades más atractivas siguen concentrándose en la cadena de valor de la inteligencia artificial —semiconductores, equipamiento y software—, donde la visibilidad de crecimiento y la capacidad de fijación de precios permanecen intactas.
En paralelo, el sector salud, especialmente en herramientas de laboratorio y equipamiento médico, continúa demostrando su resiliencia y su capacidad de crecimiento sostenido.
En Europa, el cambio de tono del BCE y la estabilización del ciclo económico ofrecen un punto de apoyo adicional a las compañías de calidad con exposición global, mientras que en Estados Unidos se mantiene una dinámica de beneficios más sólida y una ejecución empresarial de primer nivel.
Seguimos evitando aquellos sectores intensivos en capital y dependientes del ciclo, donde la visibilidad de largo plazo es más limitada y los retornos ajustados al riesgo son menos atractivos.
¿Qué compañías han tenido un papel más relevante en la evolución de la cartera durante el trimestre y qué factores han motivado su desempeño?
Durante el verano, la estrategia global se vio afectada por la corrección de nombres que habían liderado la rentabilidad en trimestres previos —SAP, Fortinet, Synopsys o Wolters Kluwer—, en un contexto de rotación que no responde a un deterioro de sus fundamentales.
En sentido positivo, compañías como Alphabet, Thermo Fisher, Lam Research o ASML aportaron de forma consistente gracias a la solidez de sus modelos de negocio y a la visibilidad de demanda estructural.
En la cartera europea, los valores industriales y de consumo estable (como Diploma o EssilorLuxottica) ofrecieron un buen comportamiento relativo, mientras que las posiciones en software y tecnología sufrieron correcciones temporales por motivos idiosincráticos.
Por último, en Iberia, la fuerte subida del sector bancario penalizó la rentabilidad relativa, mientras que compañías como Iberdrola y Aena mostraron una evolución positiva y coherente con su perfil defensivo y de generación de caja.
¿Cuáles han sido los cambios más significativos en la cartera durante el trimestre y qué los ha motivado?
Los movimientos realizados fueron selectivos y prudentes, centrados en reforzar la exposición a negocios con mayor visibilidad de beneficios.
En la estrategia global, se ejecutó la venta total de Novo Nordisk, tras constatar un incremento de la competencia en el mercado estadounidense y una reestructuración operativa que alteraba su perfil de crecimiento. Con los recursos liberados, se aumentaron posiciones en compañías de software y plataformas digitales, como Autodesk y Alphabet, donde la relación entre valoración y potencial de creación de valor sigue siendo atractiva.
En Europa, además de la venta de Novo Nordisk, se redujo peso en compañías de software profesional tras su fuerte comportamiento previo, y se reforzaron nombres industriales de alta calidad como Ferrari. En Iberia, la composición se mantuvo estable, priorizando negocios con alta visibilidad, bajo apalancamiento y capacidad de generación de caja, más ajenos a la volatilidad.
¿Cuáles consideráis que serán los principales catalizadores para la renta variable en el próximo trimestre?
Antonio Manzano identifica, mirando al cuarto trimestre, que los principales catalizadores vendrán por tres vías:
- La temporada de resultados y las guías para 2026, donde el mercado pondrá a prueba la consistencia del crecimiento de beneficios en tecnología y salud.
- Las decisiones de los bancos centrales, especialmente la velocidad y magnitud del ciclo de bajadas de tipos, clave para el sentimiento de mercado.
- La inversión en infraestructura digital e inteligencia artificial, que continúa generando demanda sostenida a lo largo de toda la cadena de suministro tecnológico.
En este entorno, mantenemos un posicionamiento fiel a nuestra filosofía: invertir en compañías de calidad contrastada, con ventajas competitivas sostenibles, balances sólidos y capacidad de componer valor a largo plazo. El tiempo, como siempre, juega a favor de este tipo de negocios y de una estrategia centrada en la paciencia y la consistencia.



