De la mano de Aitor Sánchez, responsable de Desarrollo de Negocio del Canal Digital, te explicamos cuáles son las diferencias entre invertir en fondos a vencimiento o en deuda pública.
En los últimos años están obteniendo cada vez más protagonismo los fondos a vencimiento. Especialmente, entre aquellos ahorradores con un perfil más conservador que no quieren asumir apenas riesgo, que desean conocer de antemano la rentabilidad que les proporcionará su inversión y que, hasta la fecha, sólo conocían el depósito bancario tradicional o la deuda pública como alternativas a sus necesidades.
Invertir en este tipo de fondos, también conocidos como fondos de rentabilidad objetivo, o directamente en deuda pública, son dos formas diferentes de acceder el mercado de renta fija, pero existen algunas diferencias a considerar antes de decantarnos por una u otra opción.
Tipo de gestión
Gestión profesional versus inversión directa: los fondos a vencimiento están gestionados por profesionales que se encargan de seleccionar y ajustar las inversiones del fondo de acuerdo con las condiciones del mercado, por lo que invirtiendo en deuda a través del fondo delegamos la gestión y aprovechamos la experiencia del gestor. Mientras que si invertimos directamente tendremos que hacer nosotros mismos todo el trabajo de análisis, seguimiento y ajuste de la cartera si fuera necesario.
Diversificación
Los fondos a vencimiento invierten en una cartera diversificada de bonos, pudiendo invertir en diferentes países y sectores, lo que reduce el riesgo de default de una sola entidad. Si invertimos nosotros mismos en deuda, normalmente adquirimos uno o a lo sumo unos pocos títulos específicos, lo que implica menos diversificación. Estamos, por tanto, expuestos principalmente al riesgo de crédito de un solo emisor.
Facilidad de acceso y salida de los fondos
Además de ser accesibles a través de diversas plataformas, otorgan a los inversores la capacidad de obtener exposición a una cartera diversificada sin la necesidad de comprar cada bono por separado, tal y como se ha indicado. Tratar de replicar esto de manera particular no es nada sencillo, pues si bien nos puede llegar a resultar relativamente fácil y accesible el comprar deuda pública española a través de Banco de España, el hacerse con deuda pública de otros países como Francia o Italia puede resultarnos un poco más complejo.
Igualmente, si necesito vender mi inversión a través del fondo, podremos hacerlo de una manera sencilla. Mientras que, si me decanto por adquirir la deuda pública por mi cuenta, he de saber que solo podré venderla en mercado secundario y el precio de venta irá en función de la oferta y la demanda de dicha deuda.
Rentabilidad
Los fondos al vencimiento ofrecen una rentabilidad objetivo basada en la cartera de bonos que poseen o que van a adquirir, pero a su vez pueden detectar oportunidades adicionales en los mercados e incorporar nuevos bonos en el fondo, si así lo requieren las circunstancias del mercado.
Invirtiendo directamente en deuda pública. La rentabilidad está ligada al cupón del bono y al precio que pagamos por él, por lo que carecemos de la capacidad de diversificación y gestión activa que puede tener el fondo.
Además, los fondos pueden reinvertir los dividendos o beneficios obtenidos de las inversiones, por lo que ayuda a aprovechar el interés compuesto a lo largo del tiempo, aumentando así la rentabilidad.
Fiscalidad
Otra de las diferencias principales que juega a favor del fondo tiene que ver con su tratamiento tributario. Mientras que en la inversión directa en deuda pública has de pagar por las plusvalías obtenidas en el momento del vencimiento de la misma, operando a través del fondo puedes traspasar la inversión a otro fondo, difiriendo así el pago fiscal al momento que más te interese.
Como ves, hay muchos factores a considerar a la hora de tomar la decisión. Podríamos concluir que la inversión en fondos a vencimiento se antoja mejor opción para aquellos que buscan simplicidad, diversificación y la ventaja de una gestión profesional, mientras que la inversión directa puede ser más adecuada para quienes prefieren un control total sobre su cartera y están dispuestos a asumir el riesgo y el esfuerzo que ello conlleva.
